sábado, 27 de abril de 2013

Un consejo al ministro de la agricultura

Un consejo al ministro de la agricultura

Viernes, Abril 26, 2013 | Por Orlando Freire Santana



LA HABANA, Cuba, abril, www.cubanet.org -En días pasados, en un

encuentro con productores de frutas tropicales del sector cooperativo y

campesino, efectuado en la localidad matancera de Jagüey Grande, el

señor Gustavo Rodríguez Rollero, ministro de la Agricultura, llamó a

incrementar la producción de ese renglón en el país, como parte de la

estrategia de seguridad alimentaria que intenta impulsar el gobierno.



El funcionario, tras mencionar algunos avances en ese sentido, reconoció

que aún falta mucho por hacer en temas como la aplicación de nuevas

tecnologías, la creación de viveros comerciales que cumplan con las

regulaciones establecidas para aumentar los niveles de posturas, así

como resolver la escasez de cajas plásticas y bolsas. El Ministro

expresó que, además de los surtidos más representativos, como la fruta

bomba, la guayaba, el mango, el aguacate y el coco, se trabaja en la

siembra de las frutas exóticas o de poca presencia, como el níspero, el

caimito, el mamoncillo chino y el marañón.



Ah, claro, el señor Rollero se lamentó de que ahora no sucede como antes

-antes de la revolución castrista-, cuando todos los espacios en

linderos, caminos, arboledas y patios de las casas, eran sembrados de

árboles frutales. Cabría preguntarle al Ministro acerca del porqué de

semejante mutación. ¿Es que acaso los cubanos somos hoy más perezosos

que antaño? No lo creo así. Lo que sí resulta evidente es que la culpa

de ese desdén recae, principalmente, en el propio gobierno al que sirve

Rodríguez Rollero.



Porque durante buena parte de estas más de cinco décadas de régimen

comunista, a cualquier persona que pregonara limones, aguacates u otras

frutas en la calle, le decomisaban la mercancía, la multaban, y hasta

podía ir a prisión. No importa que la población afrontara una aguda

escasez de esos productos. Y mientras eso sucedía, los productores

reconocidos por el gobierno veían cómo sus cosechas se perdían en los

campos debido a que la empresa estatal de acopio -única autorizada para

su comercialización- era incapaz de efectuar su labor con eficiencia. Si

a todo lo anterior añadimos el creciente robo de cultivos y animales que

enfrentan nuestros campesinos, ¿qué estímulo pueden haber tenido los

hombres del campo, y la población en general, para sembrar y producir

durante todos estos años?



El ministro Rollero es un hombre relativamente joven, y tal vez

desconozca que antes florecían por doquier los puestos de chinos que

ofertaban todo tipo de frutas; y por la calle, por ejemplo, un vendedor

de mamoncillos podía vendernos un racimo de más de 50 unidades por solo

un centavo. Por supuesto, en ese momento no existían obstáculos para la

libre comercialización de las frutas.



Creo que estamos en condiciones de hacerle una sugerencia al Ministro

con el objetivo de que aumente la presencia de frutas a precios

asequibles en nuestras calles: es preciso que todo aquel que posea un

espacio de tierra disponible, y decida sembrar frutales en ella, tenga

la certeza de que podrá comercializar sus frutas sin dificultades. Y el

problema de los precios es muy importante, pues aunque últimamente hemos

observado más frutas en los mercados -especialmente en los de

oferta-demanda-, y también con la oferta de los carretilleros, todavía

sus precios no satisfacen al ciudadano promedio.



La abundancia de frutas y de otros productos del sector agropecuario no

depende tanto de los grandes planes estatales. Al contrario, pensamos

que mientras menos se involucre la burocracia estatal, todo debe fluir

de manera más expedita.



http://www.cubanet.org/articulos/un-consejo-al-ministro-de-la-agricultura/

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