jueves, 29 de agosto de 2013

Jóvenes cubanos se ganan la vida en la calle

Jóvenes cubanos se ganan la vida en la calle

Cambian la escuela por la calle y viven de revender o negociar

baratijas, tabacos, ron cubano de marca, música de moda, y mercancías de

Ecuador y Venezuela...

Luis Felipe Rojas

agosto 29, 2013



A la sentencia que se repite de generación en generación de que la

juventud está perdida, se le suman las dificultades propias de la época.

Leonardo Padura, el multipremiado narrador cubano cree que hay un sector

informal en Cuba que ha perdido las oportunidades de superarse y se

convertirán en los indeseables de mañana, así lo describe en Cuba,

futuro imperfecto un artículo publicado en la agencia IPS.



Los jóvenes a los que Padura se ha referido en su más reciente crónica

cambian billetes por monedas para que los pasajeros puedan montar a los

ómnibus en la capital cubana. Unos venden caracoles en las calles del

exclusivo balneario de Varadero, otros ofertan bidones para acarrear

agua, baterías para automóviles o cualquier artículo en falta en medio

de la crisis económica. Todos tienen un denominador común: están

buscando sobrevivir al ahogo y la desesperanza.



"Los oficios informales existen en todo el mundo. Pero proliferan, sobre

todo, donde existen problemas de pobreza y desempleo. En Cuba casi

desaparecieron por décadas, en parte por razones económicas y en parte

por compulsión social.



El resurgimiento y auge de estos modos de ganarse la vida tiene como

causa económica la desproporción entre salarios y costo de la vida, y

como principales protagonistas a jóvenes. Son personas en muchos casos

todavía en edad escolar (pre o universitaria) que han optado, o se han

visto obligados a optar, por la calle en lugar de un pupitre", escribe

Padura.



"No trabajo con el estado pues ganaría la cifra para obtener 10 CUC y

con eso no puedo comprar más allá del aseo personal y no hago trabajo

por cuenta propia porque entre los trámites y la inversión inicial

necesitaría el dinero que no tengo ni he podido reunir en toda mi vida",

dice Ramón Álvarez, de 35 años y residente en Guantánamo.



"Prefiero ayudarle a mi esposa a revender ropa en mi casa o vender el

folio (también conocido como la bolita o lotería) que estar luchando con

los inspectores y la lucha para conseguir materias primas para hacer

cualquier trabajo autorizado", afirma.



Ocho horas sentado en una silla plegable, frente a un canapé repleto de

baratijas y misceláneas no le reportan a William Zaldívar el sustento

para mantener a su familia. Es un hombre joven que ejerce el trabajo por

cuenta propia en los alrededores del Hospital provincial de Holguín y no

es precisamente un problema de acomodo personal lo que lo hace casi

desistir de esta labor.



"Es una situación muy dura con la represión pues el gobierno quedó en

abrir almacenes mayoristas para nosotros ofertarle al pueblo, pero no lo

ha hecho. Las Tiendas Recaudadoras de Divisa, conocidas como TRD son del

ejército y las únicas autorizadas a comprar en el exterior para

revenderle al pueblo, y eso no lo han cumplido", afirma Zaldívar.



Jóvenes en edad escolar (preuniversitario o después de abandonar los

estudios superiores) venden baratijas, tabacos, ron cubano de marca,

música de moda, copias falsas de carteras, cintos o relojes traídos a

Cuba desde Ecuador, Venezuela o Miami. Si logran obtener algún

beneficio, lo utilizarán en una noche de discoteca, un regalo para la

novia de turno o en: "tomarme unas cervezas con mi mujer, comerme una

pizza y seguir para adelante, que la vida es corta, mi amigo", concluye

Ramón.



Desde la ciudad de Pinar del Río Joel Fernández considera que "sí hay

acceso al trabajo por cuenta propia, pero sus condiciones no son

rentables. El que lo hace es porque tiene acceso a estas materia primas.

Todos los bienes los tiene controlados el Estado, pero no te da un

precio módico, como el que existe entre empresas, para que tú como

cuentapropista compres lo que vas a elaborar. No puedes ir a una empresa

a comprar un saco de harina de pan al mismo precio que lo hace el

estado; tienes que comprarlo en un precio que está en CUC y tienes que

cambiar 25 pesos de tu salario para comprar 1 CUC, y eso no es

rentable", afirmó.



Las crónicas, notas de prensa y columnas de opinión en los medios

oficiales se preocupan por la propensión de los jóvenes al menor

esfuerzo. Hace dos años se implementó la más severa ola de desempleo en

54 años de proceso comunista y la solución fue quitar la mordaza que

impedía a los cubanos ejercer sus talentos por cuenta propia en ventas,

confecciones y elaboración de alimentos y productos deficitarios. El

discurso oficial no habló entonces de "la ley del menor esfuerzo".



Source: "Jóvenes cubanos se ganan la vida en la calle" -

http://www.martinoticias.com/content/jovenes-trabajo-por-cuenta-propia-cuba-empleo/26912.html

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