sábado, 28 de septiembre de 2013

Misión médica en Venezuela - las praderas de la corrupción cubana

Misión médica en Venezuela: las praderas de la corrupción cubana

Posted on 28 septiembre, 2013

Por Uberto Mario*



Durante los cinco años que permanecí en en Venezuela, el periodismo me

sirvió para seguir tras el rastro de numerosos delincuentes que

protegidos por una guayabera y una bata blanca se escudaban para hacer

sus fechorías, y cocinar el más suculento caldo de corrupción de las

misiones médicas cubanas en el extranjero.



Miles de profesionales de la salud han sido enviados a Venezuela desde

que la primera Misión Médica Cubana desembarcó en ese país el 16 de

diciembre de 1999. Solo en el programa de la Misión Barrio Adentro se

calculan en 100 mil los médicos cubanos que han prestado sus servicios

en tierras venezolanas. Pero lo cierto es que durante todos estos años,

además de porponerse dirigir a los que están haciendo el trabajo de

campo y "salvando" vidas humanas, los responsables de estas comitivas

han robado a izquierda y derecha aprovechando su escalón al más alto o

mediano nivel.



Unos han sobrevivido y todavia se mantienen vivos laboralmente hablando;

otros han corrido con peor suerte y ya ni una Duralgina pueden recetar

en la isla.



Si cierto es que ha habido en este tiempo muchos dirigentes corruptos en

las misiones médicas, también es justo decir que por allí han pasado

hombres y mujeres honrados. Pero lamentablemente la mafia no se hizo

para honestos y sencillos.



Una maleta llena de dólares



Ese fue el caso del doctor Luis Acao Francois, un camagüeyano que asumió

la candela de llegar a Venezuela en pleno apogeo de la tragedia de

Vargas, asolada por deslaves, constantes aguaceros y derrumbes. Vino

maleta en mano -llena de dolares- para pagarle a los cooperantes y no

desvió ni un solo centavo. En aquellos primeros meses y hasta que Acao

terminó su misión como jefe, Cuba no tenía bancos ni chequeras para

pagarle a los colaboadores, y el negro Acao se portó con una honradez a

toda prueba desde que aterrizó en el país.



Fue la única etapa de la colaboración médica en Venezuela en la que la

inteligencia cubana tuvo acceso a monitorear cada centavo de los gastos,

tarea que después que llegó el relevo del médico camagüeyano quedó en

manos de ladrones y delincuentes, con el visto bueno del Ministro de

Salud Pública, José Ramón Balaguer.



En sustitución del doctor Acao fue designado Aldo de Jesús Hernández,

quien llegó a Venezuela el 22 de diciembre del 2002, cuando ya habían

pasado los oscuros dias de abril y el pais entraba en una lucha frontal

entre chavistas y opositores. Los cooperantes cubanos llegaban entonces

de a miles.



Tras el recibimiento, la primera noche se produjo la presentación y el

encuentro de Hernández con el grupo operativo en Venezuela: el mayor

Amado Hernández Iturruaga, jefe de la misión médica cubana; el coronel

Tomás Rodríguez. alias Ariel, oficial centro de la Embajada cubana y

actualmente en Miraflores; y quien suscribe estas líneas. Conocíamos ya

el expediente del designado, quien venía de dirigir Salud Pública en la

Isla de la Juventud.



Pacotilla rumbo a Cuba



Bastó una semana para que empezaran a manifestarse los rasgos de

autosuficiencia, demagogia y poca relación con los casi cuatro mil

médicos cubanos que ya estaban por 16 estados venezolanos. No había

pasado un mes cuando lo sorprendimos enviando un cargamento de

"pacotilla", aún sin haber cobrado el primer sueldo, y después de

haberle dicho a sus compatriotas que estaban en pie de guerra, que por

el momento no habría sueldo y teníamos que resisitir y trabajar mejor

cada día.



Ahi comenzamos a monitorearlo de cerca, porque Hernández había viajado a

Caracas a vivir y trabajar como dentista en la Universidad Martima del

Caribe, en el estado Vargas (residencia permanente de la inteligencia

cubana), junto a Nancy García Vera, hermana de la otrora poderosa Yadira

García Vera, ex ministra de la Industria Básica y miembro del Buró

Político. (Por cierto les cuento,que las dos hermanas fueron

nacionalizadas en Pinar del Rio, pues nacieron en Venezuela, Nancy en

Caracas, en 1953, y Yadira en Maracaibo, en 1955).



Con el arribo de Nancy García, Aldo Hernández podía robar sin

miramientos. Desde La Habana, su madrina Yadira podía levantar el

teléfono y con una llamadita al embajador en Venezuela, Germán Sánchez

Otero, resolvía un vuelo fletado de Aereocaribbean cada 45 dias,

cargadito de pacotilla para la familia Garcia Vera y los Hernandez en la

Isla de la Juventud. El cargamiento salía por la Rampa 4 en Maiquetía.



Descubierta la malversación, la respuesta me la dió Raúl García, un

viejo comunista que fungió por años como Cónsul General de Cuba en

Caracas. Estaba yo en la oficina de control de la Embajada cubana y de

pronto me llamaron al despacho de Sánchez Otero para llamarme la atención.



Fichas intocables



Así habló Raúl García: "Oye, periodista, no cuestiones más al embajador

en eso de que solo resuelve a sus socios, y envía equipos electrónicos,

medicinas y bicicletas a sus amigos del Comite Central, y mucho menos

que el compañero Balaguer también recibe regalos desde acá. Y tampoco

informes más de que un avión viene exclusivamente a eso, que eso a ti no

te importa, Lo tuyo es trabajar y monitorear a los médicos, no a

nosotros. Si Germán se entera te manda para Cuba y se te jode estar aquí

en la buena vida…"



Quince días después, Raúl García fue sustituido. Unos meses más tarde,

Aldo de Jesús Hernández fue destituido y enviado a La Habana. ¿Razones?

Por corrupto y mal ejemplo. Balaguer y Yadira siguieron en sus cargos,

porque hay niveles y niveles en el régimen cubano. Balaguer es de los

dirigentes históricos intocables. Yadira cayó en septiembre del 2010,

involucrada en una trama de desfalcos e irregularidades en el sector de

la Industria Básica.



Dentro del famoso y cuestionado convenio de colaboración de salud entre

Caracas y la Habana existe un acápite que se mantiene desde abril del

2001: el envío de enfermos venezolanos (principalmente los más pobres) a

tratarse en el Centro Internacional de Salud "La Pradera", en el reparto

Siboney, en La Habana, y también en varios hospitales capitalinos,

habilitados para este tipo de atención.



Era una misión de primer nivel, atendida personalmente cada viernes en

la madrugada por Fidel Castro antes de su enfermedad del 2006. Puedo

hablar en detalles pues tuve que trabajar viernes por viernes, entre el

2001 y el 2003, y con responsabilidad secreta en este proceso.



El negocio de La Pradera



Estos viajes de pacientes venezolanos a La Habana se hacían en el avión

personal de Fidel Castro, con su tripulación encargada, lo que da una

dimensión de la importancia que tomó este asunto.



Los pacientes se elegían en trabajo de terreno hecho por los médicos

colaboradores en cada municipio o estado de Venezuela. Tras la

selección, los casos eran enviados a Miraflores para su evaluación y

luego viajaban a La Habana.



Pero como todo, llegaron los cubanos vivos, más negociantes, y

comenzaron a lucrar con este privilegio que el gobierno de La Habana

concedía a los enfermos venezolanos. Y fue así que comenzaron a venderse

los cupos para el viaje a Cuba.



¿Quiénes promovieron estas ventas? No fueron nuestros médicos

colaboradores, quienes se esforzaban desafiando las dificultades en los

lugares más recónditos del país. Fueron los propios encargados de esta

misión por la parte cubana en Miraflores: el doctor Rafael García

Portela, jefe de la Oficina, y su colega, Frank Díaz, así como sus

respectivas esposas.



Estos delincuentes de guayabera comenzaron a operar allí mismo en el

Palacio Presidencial, vendiendo las plazas para viajar a tratarse en La

Habana por $2,000 y hasta en $3,000 dólares. Los beneficiados eran

familiares de dirigentes chavistas y la mediana burguesía, chavista o no

chavista.



Cuando nos percatamos de esas tropelias tras revisar historias clinicas,

nombres y origen social de los pacientes, los oficialies encargados

descubrimos enseguida que hasta nombres falsos y tramites ilegales se

habían usado en este proyecto. En una reunion de coordinación enviamos

un informe a Hugo Chávez, quien de inmediato consulto con su mentor y

patrocinador del proyecto, Fidel Castro. Pasaba el tiempo sin ver

resultados ni aclaraciones sobre por qué algunos ricos podían montarse

en el avión con turnos vendidos por los mafiosos de Miraflores.



Con el padre de Chávez



La verdad es que con esos $3,000 dolares también se mojaban los

encargados de "La Pradera", los dirigentes corruptos del Ministerio de

Salud Publica (MINSAP) y hasta funcionarios del Comite Central que

atendian la actividad. Cuando los "bombazos" sobre el idealizado plan de

salud para pobres venezolanos comenzaron a sonar en la Plaza de la

Revolucion, a Fidel Castro le echaron otro cuento y todo se engavetó.



Siento la satisfacción de haber luchado contra la corrupción cubana en

Venezuela y me quedé con esa espina clavada. Un día visitando al padre

del difunto Hugo Chávez en su despacho, a solas con él, le conté de lo

que estaba sucediendo con este proyecto de salud para que lo dejara

saber a su hijo. Le dije que no eran los pobres los que se estaban

beneficiando de esta iniciativa e incluso le dejé un informe por escrito.



Y felizmente Hugo de los Reyes Chávez se lo informó a su hijo y fue así

que muchos de los delincuentes cubanos fueron destituidos. Tras las

investigaciones y denuncias generadas, supe que el negocio se generaba

en el Departamento de Estadísticas de "La Pradera". De eso puede dar fe

Lionila Fernández, jefa de Estadísticas de la instalación y oficial

corrupta, quien manejaba el negocio de los turnos desde La Habana.



Pero hay mucho más en la viña del Señor. El MINSAP tiene un Departamento

de Colaboración que se encarga precisamente del reclutamiento de

médicos, dentistas y enfermeros cubanos para el cumplimiento de misiones

en el exterior.



Por ahí han pasado infinidad de jefes, sustituidos con sospechosa

frecuencia. Los motivos saltan a la vista. El negocio de la venta de

misiones está en las más altas esferas del MINSAP, porque no todos los

trabajadores de la salud de Cuba califican para ir al exterior, y hay

lugares codiciados donde cumplir la encomienda.



Va a parecer insólita la pregunta que voy a dejar en el aire, pero habrá

testigos que no se sorprenderán con ella: ¿Cuánto cuesta en dólares

salir de Cuba a cumplir misión para la que no te habrían elegido? Estoy

seguro que habrá numerosos colaboradores que podrán responderla.



*Periodista radial y ex agente de la inteligencia cubana bajo el alias

de "Marcos". Fue captado por el MiNINT en febrero de 1987, labor que

desarrolló hasta su deserción en el 2003. Actualmente reside en Miami.



Source: "Misión médica en Venezuela: las praderas de la corrupción

cubana | Café Fuerte" -

http://cafefuerte.com/cuba/7547-mision-medica-en-venezuela-las-praderas-de-la-corrupcion-cubana/

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