jueves, 29 de mayo de 2014

Billones por el embargo

Billones por el embargo

ALEJANDRO GONZÁLEZ ACOSTA | Ciudad de México | 29 Mayo 2014 - 8:18 am.



En el caso de que EEUU decidiera levantar el embargo, ¿acaso Cuba no

exigiría que asumiera el pago por daños ocasionados?



He seguido con interés y provecho los distintos textos que han aparecido

publicados en este diario en los últimos días sobre el tema del

embargo-bloqueo EEUU-Cuba. Sin duda, todos aportan puntos de vista

valiosos e ideas de gran diversidad. Sin embargo, no he visto en estos

materiales ni en los numerosos comentarios a los mismos, un dato que

creo debe tomarse en cuenta para la consideración de tan importante tema.



Es un dato público, pues aparece en el Informe Cuba vs. Bloqueo 2013 que

puede consultarse en la página electrónica del Ministerio de Relaciones

Exteriores de Cuba. En la página siete de este pormenorizado informe

sobre el tema desde el punto de vista del Gobierno de la República de

Cuba, se lee:



"El daño económico ocasionado al pueblo cubano por la aplicación del

bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos contra

Cuba hasta abril de 2013, considerando la depreciación del dólar fuente

al valor del oro en el mercado internacional, asciende a

1.157.327.000.000 dólares estadounidenses".



Si entiendo bien, se está hablando de un billón cientocincuentisiete mil

trescientos veintisiete millones de dólares americanos. Si el guarismo

se leyera en inglés, se trataría de más de mil billones de dólares.

Cifra difícil de imaginar, que duplica ampliamente los 507.600 millones

de dólares que forman la fortuna de las diez personas más ricas del

planeta, según la encuesta de Forbes de este año.



Esta relación puntual, sostenida y actualizada por las autoridades

cubanas dista de ser un cálculo testimonial, pues constituye en sí mismo

una demanda por daños y perjuicios. Puede entenderse que, en el caso de

que el Gobierno de Estados Unidos decidiera en algún momento levantar el

embargo-bloqueo, se reconocería de facto como responsable de haber

incurrido en un acto ilegal y por tanto, de jure, debería asumir el pago

de los daños ocasionados.



Debo enfatizar que esta no es una opinión personal de quien suscribe,

sino es lo que al parecer se desprende del tenor mismo de la demanda

oficial cubana. Si se revisa con cuidado el texto, se constatará que

Cuba reclama el hecho de una situación de guerra en tiempos de paz

contra el Gobierno norteamericano y eso supone para la parte desistente

asumir los costos de las indemnizaciones resultantes.



El tema, sin duda alguna, puede y debe ser objeto de examen para los

juristas, viendo, a largo plazo, el interés subyacente y nada casual, de

la reclamación cubana. Por mi parte, "ni quito ni pongo rey": solo

coloco sobre la mesa de discusión un asunto que ha escapado a la

consideración de los que se han referido recientemente al tema y que al

menos a mí me resulta de interés.



¿Estarán dispuestos los contribuyentes norteamericanos a asumir el pago

de semejante deuda, mucho más grande que Los 500 millones de la Begún?

¿Hay quien dude que el Gobierno cubano utilizará esta carta —un as en la

manga— que ha venido trabajando durante tanto tiempo, con lujo de

detalles? La misma existencia de este documento supone la existencia de

todo un equipo multidisciplinario cuyo contenido de trabajo durante

estos cincuenta y tantos años ha sido acumular información de diversas

fuentes, procesarla, actualizarla y compulsarla.



Esta cifra descomunal puede ser también un naipe de triunfo en el juego

de negociaciones que, en caso de un posible levantamiento del embargo,

podrían jugar las autoridades de la Isla y lanzarían sobre el tapete

para evitar la compensación que contempla la legislación del embargo con

el objetivo de lograr la indemnización de las propiedades

norteamericanas incautadas en el momento de las nacionalizaciones. Un

quid pro quo. O dicho en criollo, "dando y dando". Y "ahí muere", como

se dice en México.



Es más, los que promueven a toda costa la supresión del embargo —Carlos

Saladrigas y otros—, ¿estarán conformes en asumir esa deuda y pagarla de

sus propios peculios? Sería desproporcionado, desde el punto de vista

empresarial, que pretendieran que el Gobierno estadounidense allanara el

camino para sus inversiones particulares a tan alto costo para los

ciudadanos.



Sería interesante que los distintos comentaristas y especialistas

tuvieran en cuenta también este punto. Por otra parte, el documento

mencionado resulta además muy útil para ponderar lo complejo del tema,

pues, según puede desprenderse del espíritu de la reclamación oficial

isleña, al mismo tiempo que una indemnización a Cuba, el Gobierno

norteamericano tendría que —asumiendo un criterio de retroactividad en

beneficio de la parte perjudicada— desactivar, corregir y reparar las

sanciones que ha aplicado a distintas empresas (puntualmente señaladas

en el texto oficial cubano), con lo cual el pago que debería realizar

superaría extraordinariamente los mil billones de dólares a los que me

referí antes.



Así, pues, la victoria que estaría implícita para el Gobierno cubano de

levantarse el embargo, sería no solo política —muy importante— sino

además, y de forma inmediata, económica —tan importante o más que la

anterior— y, en caso de no obtener la respuesta deseada, serviría para

mantener vigente el conflicto, lo cual parece ser en última instancia el

objetivo a más largo plazo de quienes gobiernan en la Isla.



Como suele decirse hoy en Cuba para resumir lo arduo y espinoso de una

situación mientras se deja escapar un triste suspiro, realmente, "no es

fácil". Nada fácil.



Así, pues, hasta abril de 2013 son 1.157.327.000.000... and counting.



Source: "Billones por el embargo | Diario de Cuba" -

http://www.diariodecuba.com/cuba/1401290790_8791.html

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