viernes, 29 de diciembre de 2006

La magia del 12,5%

Economía
La magia del 12,5%

Cae la agricultura, sube la inflación, el turismo se estanca. ¿Cómo
crece la economía cubana?

Elías Amor Bravo, Valencia

El último informe de CEPAL —Balance preliminar de las economías de
América Latina y el Caribe—, en su apartado relativo al estado y
evolución de la economía cubana, continúa arrastrando la polémica
abierta el pasado año con las autoridades de la Isla en relación con los
procedimientos de cálculo de las principales macromagnitudes.

La polémica sobre los métodos estadísticos empleados, lejos de aportar
serenidad al análisis económico, reafirma la clara apuesta del régimen
por ofrecer una imagen, al menos desde las cifras, que no se corresponde
con la realidad de pobreza, miseria y penuria que cualquier observador
puede precisar al viajar a la Isla.

CEPAL constata que en los dos últimos años el continente latinoamericano
atraviesa una etapa de expansión, con ritmos de crecimiento medios del
5,3%, dentro de un entorno mundial en auge que incrementa el volumen de
las exportaciones y facilita las compras en el exterior a través de una
favorable relación real de intercambio.

El crecimiento económico en la zona, además, ha ido acompañado de
inversiones en infraestructuras, así como también de una menor tensión
en la evolución de las variables monetarias, lo que ha permitido
aumentar el empleo y el nivel de renta real y consumo en la práctica
totalidad de países.

El informe analiza la información disponible de cada uno de los países,
y como no cabría de otro modo, a pesar de las dificultades estadísticas
con las autoridades de Cuba, el análisis de la economía de la Isla
presenta una serie de ejemplos de la mala gestión de la economía y de la
incapacidad para aprovechar el momento coyuntural favorable.

Inflación galopante

Así, por ejemplo, mientras que a nivel regional todos los países
aumentan sus fuentes de suministro y de exportación en la actual
coyuntura expansiva de la economía mundial, los datos permiten observar
que Cuba sólo busca concentrar sus operaciones comerciales en el
exterior con sólo dos países: Venezuela y China. Respecto a Venezuela,
servicios de salud y educación; y con China, básicamente minerales, como
níquel, cuyo precio ha experimentado un fuerte aumento durante este año.
Estas prácticas comerciales no tienen su origen en una mayor
competitividad de la economía cubana, sino en los tradicionales pactos
políticos de "estilo CAME" y en la "solidaridad".

Quizás por ello el saldo comercial, situado en 141 millones de dólares,
es muy similar al registrado dos años atrás, aun cuando es cierto que
mejora respecto al ejercicio de 2005. De igual modo, las reservas
internacionales se han vuelto a estancar, con un saldo en la cuenta de
capital de 500 millones de dólares, similar al año anterior.

Esto ha servido para justificar la sensata decisión de los bancos suizos
UBS y Credit Suisse de interrumpir sus relaciones crediticias con el
régimen, tras los acontecimientos producidos en el verano relativos a la
salud del máximo dirigente y el factor de inestabilidad que ello supone.

La capacidad exterior de generar riqueza de la economía cubana ha
llegado a un límite y eso condiciona su nivel de endeudamiento.

Además, nuevas amenazas gravitan sobre la economía nacional. Así, el
volumen de dinero en circulación se ha disparado durante 2006, ya que no
existen canales eficaces para su traslación a los sectores productivos
empresariales, como ocurre en otras economías.

La consecuencia de ese descomunal descontrol monetario, que el Banco
Central de Cuba no consigue atender con sus instrumentos ineficaces,
será la inflación, que de nuevo crece, situándose en el 5,5%. Una tasa
que supone dos veces y media la registrada dos años antes, y que no
sirve para compensar los aumentos de salarios o de pensiones que han
decretado las autoridades.

En ocasiones, se ha advertido acerca de los peligros sociales que se
derivan de una inflación galopante, sin duda, nada favorable para
acometer los cambios que precisa la economía de la Isla.

La aceleración de la inflación llega, además, en un ejercicio en el que
los deberes en materia de asuntos económicos se han dejado sobre la
mesa. Es evidente que las prioridades políticas abiertas tras el pasado
verano han impedido la adopción de las urgentes y necesarias medidas en
materia de reformas económicas.

Huracanes 0, agricultura -7

La política económica sigue dirigida a denunciar el bloqueo/embargo, a
la lucha contra la presunta corrupción, con escasos avances —por no
decir ninguno— en las inversiones públicas, que permitan recomponer la
imagen deteriorada y paupérrima de un país sin futuro. Los datos
anunciados sobre construcción de viviendas se limitan a recuperar parte
de los daños físicos ocasionados por los huracanes en años anteriores.

Por último, las medidas orientadas a reforzar el control central y
estalinista de la economía se han mantenido, eliminando cualquier
iniciativa liberalizadora, lo que muestra que el denominado "período
especial" ya es pura historia.

A nivel sectorial, la economía cubana vuelve a mostrar notables
contradicciones y deficiencias productivas. Una vez más, la agricultura
vuelve a registrar un nuevo descenso en las cifras de producción, el
-7%, a pesar de la ausencia de huracanes y del favorable régimen de
lluvias, como señala el informe de CEPAL.

Las controvertidas decisiones relativas al sector del azúcar y el
régimen de propiedad estatal siguen lastrando las escasas capacidades
productivas del campo cubano para abastecer a una población en aumento.

La minería, a pesar de la favorable coyuntura de precios del níquel y
las ventas masivas a China, apenas aumentó un 1,5%, cifra muy modesta
que pone de manifiesto que no se realizan las necesarias inversiones
para mejorar la productividad de las explotaciones, a pesar de los
fuertes vínculos comerciales con Holanda en este ámbito.

El conjunto de actividades manufactureras tan sólo aumentó un 2%, según
el informe de CEPAL, lastrado igualmente por la reconversión del sector
del azúcar. El sector turístico observó cómo las cifras de recaudación
se han estancado durante el año, en ausencia de campañas de marketing y
comercialización que faciliten la llegada de nuevos visitantes, y las
remesas de las familias exiliadas registraron un descenso significativo,
sobre todo las procedentes de Estados Unidos.

Cabe preguntarse, en tales condiciones, de dónde puede salir ese 12,5%
de crecimiento económico que apuntan las autoridades cubanas y no
aceptan los economistas de CEPAL, cuando las principales fuentes
sectoriales registran avances muy modestos, e incluso descensos, como en
la agricultura. Casi siempre, en economía, los intentos de lavar una
imagen dan muy mal resultado.

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http://www.cubaencuentro.com/es/encuentro-en-la-red/cuba/articulos/la-magia-del-12-5

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