martes, 30 de abril de 2013

Cuba: el impacto de Venezuela

Venezuela, Maduro, Chávez



Cuba: el impacto de Venezuela

Los acontecimientos actuales en Venezuela no apuntan hacia debacle

alguna para la Isla

Domingo Amuchástegui Álvarez, Miami | 30/04/2013 9:19 am



Sabios y expertos discutiendo los acontecimientos en Venezuela y Cuba

desde el pasado año, se han inclinado fuertemente en favor de establecer

una nueva "teoría del dominó," sugiriendo que una derrota política del

chavismo (seguidores del fallecido Presidente Hugo Chávez) o una grave

crisis de algún tipo en Venezuela causaría un inmediato colapso de la

economía cubana y con ello el muy esperado colapso político del gobierno

cubano.



Los autores de semejantes predicciones parecen tener una corta memoria.

Deberían tomar en cuenta que desde la segunda mitad de los años 80, el

gobierno cubano se enfrentó ante una caótica crisis sin precedentes a

medida que la Unión Soviética y sus subordinados de Europa Oriental

simplemente se desmoronaban. En realidad, esta fue la verdadera "teoría

del dominó" en su apogeo a partir de 1989. Las predicciones eran

entonces que Cuba no podría sobrevivir a éste impacto. Cientos de

corresponsales extranjeros pululaban por La Habana a la espera de que

ocurriera el colapso o la chispa que desembocara en el tan esperado

resultado. Finalmente, se cansaron de esperar y se marcharon.

Veinticinco años más tarde, siguen esperando...



Es importante también recordar que entre finales de los 80 y 1999, no

hubo "salvador" ni gobierno alguno encabezado por algún Chávez "que le

regalara recursos" a Cuba y que para comienzos de 2002 el comercio

bilateral con Venezuela apenas llegaba a los $60 millones de dólares y

que no fue hasta el 2003-2004 que los lazos económicos empezaron a

llegar a los niveles actuales. Cualquier investigación seria hoy —luego

de hurgar en los muchos acuerdos firmados entre ambos gobiernos—

mostrará que un gran número de esos proyectos todavía siguen flotando en

el aire, lejos de cualquier ejecución tangible.



Incluso ahora, luego de la victoria de Maduro por estrecho margen, tales

predicciones se están reformulando en el sentido de que el nuevo

gobierno en Venezuela está en tal tensión económica que se verá forzado

a reducir o poner fin a sus lazos económicos con Cuba, ocasionándole a

este país un caos mayúsculo a su estabilidad financiera y política.



Las predicciones actuales se basan, esencialmente, en el siguiente

análisis: a. Venezuela está "regalando" un tercio de toda su producción

petrolera a precios por debajo los existentes en el mercado

internacional; b. Analistas de temas energéticos predicen que es muy

improbable que el sector petrolero venezolano pueda mejorar de manera

significativa a corto plazo, con independencia del resultado de

cualquier transición política; y c. Que la economía venezolana está

inmersa en serios problemas. La inflación se sitúa por encima del 30 %,

mientras que la media en América Latina es del 7 %; su deuda tradicional

está aumentando y su déficit fiscal está creciendo (Ver, entre otros, el

estudio del experto y consultante de la West Indies University, Profesor

Anthony T. Bryan, titulado: Podrá sobrevivir Petrocaribe?



Por otra parte, varios expertos tienden a coincidir que el programa

cubano dentro de Petrocaribe en su conjunto, dependerá en gran medida en

que los precios del petróleo caigan por debajo de $75 dólares el barril,

algo que no se visualiza en el futuro previsible. Y como bien subrayó el

Profesor Bryan algún tiempo atrás: "Un Presidente Maduro tenderá a

conservar Petrocaribe. Pero las limitaciones fiscales domésticas lo

obligarán a reducir su ayuda externa. En este escenario, mantener la

ayuda a Cuba sería una prioridad dado que los hermanos Castro son

aliados estratégicos. Una relación fuerte con el régimen de Castro es

además la vía principal de Maduro para justificar sus credenciales

revolucionarias en una era post-Chávez."



Otra aproximación en una dirección similar fue aportada por el

expresidente de Chile, Ricardo Lagos, quien planteó: "No creo que el

sucesor de Chávez proceda a revisar las alianzas políticas forjadas con

los estados del ALBA. Los realineamientos no tendrán lugar inmediatamente."



En una perspectiva similar, el Profesor Emérito de la Universidad de

Pittsburgh, Carmelo Mesa-Lago, experto famoso en temas económicos

cubanos, ha alertado en contra de tales predicciones apocalípticas,

diciendo que: "El impacto será fuerte, pero no tan severo como la

pérdida del apoyo y del comercio del bloque soviético dos décadas

atrás." Y este escenario extremo tendría lugar sólo en el caso "de una

sustancial reducción o terminación de la ayuda venezolana."



Entonces la cuestión es la siguiente: ¿Cuán bien preparada está Cuba hoy

para enfrentar dicho impacto? Ciertamente, muy diferente de muchas maneras.



¿Cuán diferente?



El viejo sistema va desapareciendo y en su lugar, una economía

socialista de mercado está siendo diseñada, resultado de un número de

reformas y cambios, algunas ya puestas en prácticas y otras a ser

adoptadas en el futuro cercano. Un creciente sector "no-estatal"

(privado) que ya involucra más de un 40 % de la población trabajadora

está irreversiblemente establecido; alrededor del 50 % de la producción

agrícola se comercializa mediante canales privados y a precios de oferta

y demanda. Nada de esto existía antes.

En un informe reciente acerca de la importancia de los cambios en Cuba,

Ted Piccone, Vice Director de la Brookings Institution, enfatizaba lo

siguiente: "La tendencia hacia la reforma en Cuba es evidente y sugiere

un punto de inflexión. Ahora es el momento de emplear un nuevo paradigma

mediante la apertura de un demorado diálogo directo con nuestro vecino

inmediato..." Un enfoque similar es sostenido por actores principales

dentro de la Unión Europea (UE) y ya varios de ellos han restablecido

diferentes niveles de cooperación con Cuba y han acordado revisar la

aparentemente caduca "Posición Común." Semejantes análisis eran

inconcebibles tras el colapso soviético.

Actividades económicas que eran casi inexistentes en 1989-90, hoy han

devenido importantes fuentes de empleo y divisas tales como la industria

turística (en más de tres millones se estima la llegada de turistas

extranjeros en 2013). La investigación, producción y exportaciones de

productos biotecnológicos y farmacéuticos que por entonces carecían de

importancia, hoy representan más de 2 mil millones de dólares y para

2018 se estima que sobrepasará los 5 mil millones. Un cuadro similar

encontramos en la contratación por otros países de médicos y técnicos de

la salud, desde Venezuela, a Angola, Qatar y otros.

Las remesas de los emigrados era extremadamente pequeña a fines de 80;

hoy han aumentado hasta alcanzar varios miles de millones de dólares

(estimados seguros son extremadamente difíciles, sino imposible, de

medir correctamente) con 400 000 cubanos residiendo o viviendo

permanentemente el exterior —mayormente en EEUU— visitando su país de

origen en 2012.

De acuerdo a Jorge Duany, director del Instituto de Investigaciones de

Cuba (CRI) en la Universidad Internacional de la Florida (FIU), los

estimados sugieren que entre el 10 y el 20 % de estos cubanos están

considerando regresar a Cuba como "un segundo lugar de residencia"

(Nota: Varios miles ya lo han hecho en estos últimos tres años) mientras

que la mayoría de los cubanos en EEUU estaría dispuesta a viajar a Cuba

para "apoyar su desarrollo y reconstrucción económica. Impensable hace

20 años.

A comienzos de los 90, Cuba apenas tenía petróleo y gas. Actualmente,

Cuba genera 50 % de sus necesidades con su propio petróleo y gas, y

nuevos proyectos de perforación —pese a los tres reveses iniciales—

están siendo ejecutados por diversas compañías extranjeras.

La producción de níquel —uno de los salvavidas a comienzos de los 90—

luego de algunos desafíos tecnológicos producto de las tecnologías

atrasadas en Cuba y el bajón en los precios del níquel en los mercados

internacionales, ha comenzado a recuperarse nuevamente luego de

importantes cambios y modernizaciones. La industria ahora ha comenzado a

recuperase y su producción para el actual 2013 debe será capaz de llegar

a 61.700 toneladas de níquel más cobalto y para 2015 debe sobrepasar su

cifra más alta, 74.000 toneladas, alcanzada en 2010, dependiendo de la

conclusión para 2014 de una planta para la producción de ferro-níquel,

en la cercanía de Moa, provincia de Holguín, a un costo de $700

millones, un gran proyecto conjunto-cubano-venezolano, que debe llegar a

producir 21.000 toneladas más. El níquel ha sido por muchos años ya, el

principal renglón de exportación, pese a las fluctuaciones en sus

precios que perjudican periódicamente a la economía cubana.

Con el proyecto piloto en la ciudad portuaria de Mariel y la próxima

promulgación de la nueva ley de inversiones, Cuba se apresta a hacer una

incursión mayor en atraer inversionistas extranjeros. El proyecto de

Mariel es, de muy diversas maneras, el patrón que deberán seguir las ZED

(Zonas Especiales de Desarrollo), de acuerdo a cómo lo destacó

recientemente el presidente Raúl Castro.

Los actuales socios comerciales y mercados de Cuba son increíblemente

mucho más diversificados que hace 20 años atrás. Los miembros del BRICS

se cuentan entre las prioridades de Cuba en estos momentos,

especialmente China, Rusia y Brasil. Incluso EUU ha devenido hoy un

importante mercado, aunque sólo para las importaciones cubanas ($711,5

millones en 2008 y $465 en 2012). Al mismo tiempo, el volumen y

complejidades de la deuda externa de Cuba se han reducido

considerablemente con arreglos definitivos, primero con Alemania en

2000, y ahora con Rusia y Japón, seguidos con pagos parciales y

reescalonamiento de la deuda con otros países, fuera del Club de París.

En términos de los recursos de Cuba en moneda de cambio y oro, la

Central Intelligence Agency (CIA) en su World Factbook presenta un

estimado de $5.232 millones, justamente lo opuesto a la virtual

bancarrota de los comienzos de los 90.

La reinserción diplomática y política de Cuba en el Hemisferio

Occidental, y en el mundo en general, es completamente diferente a como

era en los inicios de los '90. Relaciones normales y diferentes niveles

de comercio y cooperación tienden a predominar en relaciones bilaterales

así como habiendo obtenido significativas victorias en las cumbres de

Salvador de Bahía, Puerto España, San Pedro de Sula, Cartagena y

Santiago de Chile. Y este año Cuba es presidente pro tempore de la CELAC

(Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe). En los últimos 2-3

años, la mayor parte de los presidentes de Latinoamérica y el Caribe han

visitado Cuba procurando un mejoramiento adicional de los lazos recíprocos.

El Profesor Julio Burdman, experto en Relaciones Internacionales de la

Universidad de Belgrano, aportaba el siguiente juicio: "En términos

históricos, las izquierdas latinoamericanas —porque no hay una sola

izquierda, sino muchas, del chavismo a los socialdemócratas— están

experimentando una buena temporada y tienen perspectivas de

continuidad," subrayando la noción de que en Suramérica, 8 de 10 de los

mayores países siguen dicho patrón. No esta esto del todo mal para Cuba.

Los críticos de las políticas petroleras y de comercio de Venezuela en

el marco de Petrocaribe y Cuba, tienden a caracterizar dichas relaciones

como si se tratara de "regalar recursos" y/o llamarlas "subsidios." De

nuevo, una memoria muy corta. EEUU y los eximperios coloniales europeos

han recurrido a semejantes políticas —incluso en una forma descarnada de

subsidios— en el pasado y hoy. En el Hemisferio Occidental, fue acordado

entre México y Venezuela (no por Chávez ni Maduro) a finales de los 70

seguir una política similar en lo que por entonces se conoció como

Tratado de San José.



De manera tal que semejantes no están erradas; lo que está errado es que

los chavistas las pongan en práctica. Estos últimos conducen su comercio

en base a sus políticas y términos vinculados a sus objetivos domésticos

y regionales o, simplemente, su interés nacional, si los lectores

prefieren el lenguaje más directo de la Realpolitik. Intercambiar

petróleo por médicos no es simplemente una transacción financiera;

incluye también valores y consideraciones sociales y políticas. El lado

simpático de esta controversia es que la CIA no emplea semejante

lenguaje como "regalar recursos" o "subsidios," sino un término mucho

más profesional y atinado: oil on preferential terms.



Conclusiones



Los acontecimientos actuales en Venezuela no están apuntando hacia

ninguna debacle o caótico resultado. Consiguientemente, muchas de las

predicciones sombrías tendrán que mantenerse "en veremos" y ver que nos

depara el futuro.

Si algún tipo de reajuste debiera ser adoptado por la actual dirigencia

venezolana con respecto a Petrocaribe y Cuba, esta última continuará

disfrutando un status privilegiado.

El contexto actual cubano —extremadamente diferente a aquel de los

inicios de los 90, como ha quedado probado— impedirá que cualquier

cambio apocalíptico en Venezuela impacte a la economía cubana y su

sociedad del modo o similar modo al de las magnitudes y complejidades

del colapso soviético.

La continuación de reformas y cambios más profundos en Cuba tenderán a

un paso más rápido de manera tal que sus lazos con Venezuela sean menos

vulnerables a cualquier contingencia imprevista.



http://www.cubaencuentro.com/cuba/articulos/cuba-el-impacto-de-venezuela-284016

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