miércoles, 30 de octubre de 2013

Nos acomodan para el efecto psicológico de la próxima moneda única

Nos acomodan para el efecto psicológico de la próxima moneda única

octubre 28, 2013

Vicente Morín Aguado



HAVANA TIMES — La reciente decisión del Consejo de Ministros de la

república de Cuba tiene, en primera instancia, un alcance psicológico

con clara incidencia política, se trata de acomodarnos a la idea de las

cifras que vendrán como precios del comercio minorista, cuando se

generalice la moneda única, que será, obviamente, la denominada

Nacional, conocida en el argot bancario como CUP.



En la práctica, da lo mismo pagar 500 pesos Moneda Nacional (CUP) por un

par de zapatos o 20 Pesos Convertibles (CUC). Los cuentapropistas no

objetan cualquiera de estas dos opciones, inclusive aceptan el CUC a 24

y tal vez en el regateo terminen vendiendo el artículo en cuestión por

unos pesos menos si se trata de los CUP, con tal de cerrar la tarde con

una buena venta.



Imaginemos que un abnegado campesino, "Guajiro" le decimos en La Habana,

vendió cuatro cebados puercos y arriba a la capital con veinte mil pesos

moneda nacional. Tiene por ahora la obligación de ir a una Casa de

Cambio (CADECA) y adquirir Convertibles, obteniendo finalmente 800 de

estos últimos billetes, con plena circulación en el país, al igual que

los anteriormente señalados.



El señor de referencia, irá a una tienda de las llamadas Recaudadoras de

Divisas (TRD) con el objetivo de adquirir ciertos productos, vendidos

hasta hoy únicamente en CUC. Otra historia es la de un jubilado que

recibe tal vez 250 CUP al mes, equivalentes a unos 10 CUC. Sin embargo,

las matemáticas carecen de sentimientos, en ambos casos se trata de un

común denominador, lo que para nada altera las cuentas del

cuentapropista o de la TRD.



Sin embargo, el efecto Psicológico es real, porque durante muchos años

los cubanos estamos acostumbrados a los precios en moneda nacional,

rechazando de plano eso de pagar, por ejemplo, 25 mil pesos por un TV

plasma, más o menos los mil Pesos Convertibles que cuesta. Las cifras

asombran, molestan, te recuerdan lo jodido que estás porque te aplicaron

la doble moneda, pagándote el jornal en una en tanto te venden los

productos en la otra.



Entonces ahora nos proponen la posibilidad, experimental primero, luego

será extendida a todo el país, de pagar los productos y servicios en

cualquiera de las dos monedas, como si con ello estuvieran cambiando la

realidad económica, cuando se trata de una simple operación matemática

en un mundo donde cualquiera tiene a mano una calculadora electrónica.



De hecho se trata de acomodarnos en el plano mental rumbo a lo que

vendrá en un futuro cercano. Tendremos una sola moneda, da lo mismo si

es el CUP o el CUC, aunque por razones de "prestigio" supongo que será

la antigua, llamada Moneda nacional. La diferencia es acostumbrarnos a

pensar en cifras elevadas, cosa común en otros países, pero hasta ahora

impensable en los marcos de la Revolución.



Al igual que en Venezuela, México o Japón, hablaremos de cientos o miles

de pesos por cosas consideradas como de menor cuantía, un paquete de

Caramelos, un Peter de Chocolate, un ventilador o una Bicicleta. El tema

es ir introduciendo en la mentalidad del cubano la dura realidad de que

no hay cambios mágicos, dados por decretos presidenciales. La moneda es

una sola hace tiempo, ahora estamos legalizando el asunto.



Sin embargo, antes de plantearles mis consideraciones finales, debo

recordar que además del "prestigio" mencionado, hay otros servicios

pagados en Moneda Nacional como la electricidad, el gas, el acueducto,

los productos normados en la bodega, el pan racionado, etc., que

justifican la prioridad de los CUP a la hora de determinar la moneda que

definitivamente se quedará reinando.



Cuba está transitando lentamente hacia una economía de mercado limitada,

cuyo crecimiento posterior parece indetenible. No hay soluciones de

varita o plumazo, de momento nos están "acomodando" para el paso

siguiente, que será una sola moneda, sin opciones de rebajar la relación

de precios actuales al consumidor o los salarios, porque un decreto

estatal no puede cambiar la economía del país. Se trata de amortiguar el

efecto Psicológico.



Otra arista del problema es positiva, aunque sus efectos no guardan

relación directa con el poder adquisitivo de la población. Se trata de

unificar el sistema contable, generando un mecanismo de costos

confiable, al utilizar un solo referente, frenando numerosas

arbitrariedades que hoy originan conflictos, desfalcos, trampas y demás

contradicciones propias de la absurda dualidad monetaria.



Un precio único para cubanos y turistas, una sola obligación al pago en

cualquier lugar, cierra las puertas a los inspectores chantajistas,

elimina cuentas dobles en lo referido al pago de las mercancías, su

posterior elaboración y venta, liquidando ciertas prerrogativas hasta

ahora usadas por la burocracia que se ha entronizado en Cuba.



Aplaudo la medida tendiente hacia la unificación monetaria porque

termina legalizando lo que es un hecho real, cortando "mecánicas" a los

aprovechados que viven del esfuerzo de los trabajadores. Reconozco que

aún así es poco, pero se trata de un paso adelante y ojala no vengan

pasos atrás como lamentablemente está sucediendo en la actualidad

imprevisible de mi país.



Source: "Nos acomodan para el efecto psicológico de la próxima moneda

única - Havana Times en español" - http://www.havanatimes.org/sp/?p=91509

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