martes, 29 de abril de 2014

Negocios petroleros - De cómo los cubanos compraron alimentos para Venezuela

Negocios petroleros: De cómo los cubanos compraron alimentos para Venezuela

Posted on 29 abril, 2014

Por Casto Ocando*



La estructura de la industria petrolera venezolana en Estados Unidos no

sólo se usó para promover actividades de compraventa de crudo y

derivados, muchos de ellos cuestionables, sino también para la

negociación de suministros y productos de alimentación que provocaron

sonados escándalos con vínculos a importante funcionarios chavistas.



Los pormenores de estas transacciones indican también cómo

representantes del gobierno cubano asesoraron e intervinieron en las

gestiones de Venezuela para adquirir alimentos en el exterior en medio

de la crisis de abastecimientos.



El objetivo del nuevo enfoque corporativo en Estados Unidos era atender

el nuevo papel "social" asignado a PDVSA por la revolución del

presidente Hugo Chávez.



Negocios de varias decenas de millones de dólares con firmas

norteamericanas se promovieron a través Bariven, una subsidiaria de

PDVSA creada para manejar la adquisición en el exterior de insumos y

suministros para la industria petrolera venezolana décadas atrás.



En enero del 2008, cuando Venezuela atravesaba una aguda escasez de

alimentos, el presidente Chávez anunció un programa de $800 millones de

dólares para comprar y distribuir un "combo" alimentario con productos

básicos en la dieta del venezolano, como arroz, granos negros o

caraotas, y leche en polvo.



Comprándole al enemigo



Cuando los paquetes comenzaron a distribuirse en Venezuela, quedó de

relieve que muchos habían sido adquiridos a firmas productoras en

Estados Unidos. Por ejemplo, el arroz fue comprado a la firma Gulf

Pacific, de Houston, Texas; las caraotas a Trinidad Benham Corp., con

sede en Denver, Colorado, el mayor distribuidor en Estados Unidos de

granos y arroz; y el aceite vegetal a la firma texana Cal Western

Packaging Co.



Casi de inmediato, las operaciones de compra de alimentos coordinada a

través de Bariven comenzaron a mostrar más costuras de malos manejos.



En una llamativa demanda judicial a mediados del 2008, los dueños de una

firma de Miami denunciaron que el gobierno venezolano les canceló un

contrato multimillonario, después de que se negaron a pagar un supuesto

soborno de $2 millones, según documentos de la Corte del Distrito Sur de

la Florida.



La demanda fue presentada por Tomás González y Pablo Cárdenas,

propietarios de la firma exportadora de alimentos Dexton Validsa, Inc.,

registrada como una corporación en la Florida, y alegaba que las

empresas estatales venezolanas Bariven, S.A. y PDVSA Services, Inc.

(PSI), cancelaron cinco contratos para el suministro de carne de res,

pollo y azúcar refinada por un valor de unos $195 millones, que iban a

ser destinados al programa alimenticio del gobierno venezolano, debido a

la negativa de ambos empresarios de pagar la millonaria comisión.



González y Cárdenas, ambos venezolanos radicados en el sur de la

Florida, detallaron en la demanda, iniciada en junio del 2008 en una

corte federal de Miami, que un enviado de Bariven de nombre Juan Carlos

Chourio, les pidió $2 millones como garantía a fin de que los contratos

no fuesen cancelados.



La alegada petición de soborno fue reiterada, indicaron los documentos

de la demanda, en varios encuentros en Miami. El último encuentro tuvo

lugar el 27 de marzo del 2008 en el restaurante Houston, en la

concurrida vía conocida como Miracle Mile, en el corazón de Coral

Gables. Ese mismo día, como antesala de la ilegal propuesta, Dexton

Validsa recibió un correo electrónico desde la sede de Bariven,

advirtiéndole que "no había cumplido completamente con los envíos bajo

el contrato firmado en el 2007″.



De sobornos y otras andanzas



Según los demandantes, Chourio dijo que era un enviado de George

Kabboul, presidente de Bariven, S.A. y de PSI. También afirmaron que

Chourio se presentó a sí mismo como un "cercano confidente" de Luis

Hernández, jefe de las operaciones de Bariven en Brasil. De acuerdo con

los documentos de la demanda, Chourio aseguró que tanto Hernández como

Kabboul "lo habían enviado para que exigiera el pago de la comisión".



La última mención que se hizo sobre el tema del soborno se produjo a

principios de abril del 2008 en el hotel Gran Meliá de Sao Paulo.

González y Cárdenas habían ido a Brasil a reunirse con los directivos de

la firma Quatro Marcos, su mayor proveedor de alimentos. Allí Chourio

insistió en el tema diciendo que los contratos de suministro de

alimentos "iban a ser cancelados" si no pagaban los $2 millones. La

suspensión de los contratos se produjo finalmente el 8 de abril del 2008.



Los abogados de Dexton Validsa en Miami atribuyeron la suspensión de los

contratos por parte de Bariven a la negativa a ceder frente a una

propuesta de soborno.



"Dexton Validsa se negó a pagar el soborno ilegal, y esa es la única

razón por la que estamos en este pleito legal", declaró Adolfo Jiménez,

abogado de la firma Holland & Knight, de Miami, representante de Dexton

Validsa.



La justificación formal esgrimida por Bariven para explicar la

suspensión de los contratos con Dexton Validsa fue que la firma

norteamericana se había retrasado en el cumplimiento de sus obligaciones

contractuales, y demostró que notenía capacidad para cumplir con los

contratos.



La posición oficial tanto en PSI como en Bariven fue mantener el bajo

perfil. Ninguno de los bufetes en Miami y en Boston que defendían a las

empresas demandadas accedió a dar entrevistas. Ninguna de las personas

mencionadas en las demandas como George Kabbul o Juan Carlos Chourio

quisieron hablar.



En su declaración jurada ante la corte federal hecha desde Caracas,

Kabboul aseguró que "no he recibido ni recibiré ningún tipo de pago

relacionados con este proceso".



Rumbo a Brasil



Sin embargo, el testimonio de Kabboul se contradijo con respecto a su

relación con Chourio. Al principio aseguró que no lo conocía. Luego

reconoció saber que Chourio y el segundo a bordo en Bariven, Eusebio

Sabate, estaban relacionados. La esposa de Chourio es prima de la de

Sabate, según la declaración jurada. También admitió que había ordenado

a la Gerencia de Prevención y Control de Pérdidas, la llamada policía de

PDVSA, investigar a Chourio. Pero no reveló las razones que motivaron la

pesquisa.



Los abogados de Dexton Validsa también destacaron el hecho de que en

abril del 2008 Kabboul viajó en el mismo avión donde iba Chourio rumbo a

Sao Paulo, donde Kabboul acudió a firmar acuerdos para comprar alimentos

a firmas brasileñas. Coincidencialmente también, establecieron los

abogados demandantes, ambos se hospedaron el mismo hotel en la populosa

ciudad brasileña.



Kabboul había ido a Sao Paulo sólo por una razón: al romper con Dexton

Validsa, se proponía negociar directamente con los proveedores de la

empresa exportadora norteamericana, pero no a precios de mercado sino

"significativamente más altos", de acuerdo a los papeles de la demanda.



Entre las operaciones citadas en los documentos se encuentra la

adquisición de 20,000 toneladas métricas de carne de res a la firma

brasileña West Meat, a un precio de $4,900 cada tonelada, casi $600 por

encima del precio ofrecido por Dexton Validsa. O sea, más de $11.5

millones de sobreprecio.



La conexión cubana



El escándalo reveló también por primera vez la forma cómo los cubanos

operaban tras bastidores en las negociaciones del gobierno venezolano

para adquirir alimentos en el exterior.



Los cubanos utilizaron tres firmas, Alimport, Surimpex y Cuba Control,

para adquirir alimentos para PDVSA en mercados internacionales,

principalmente en Brasil, donde trabajaban en cooperación con Luis

Hernández, jefe de operaciones de Bariven en el gigante suramericano.



De acuerdo a la declaración jurada de Hernández, las firmas cubanas

Alimport y su afiliada Surimpex formaron parte de una de las cinco

comisiones que el gobierno venezolano ordenó crear para comprar

alimentos en el mercado internacional a fines del 2007, a fin de atender

la escasez que sobrevino en Venezuela en ese momento.



La orden de que técnicos cubanos asesoraran al gobierno venezolano en

este rubro fue emitida por Kabboul, dijo Hernández en su testimonio.



Agregó que todas las adquisiciones de alimentos realizadas por Bariven

en Brasil fueron inspeccionadas por la empresa Cuba Control, un

consorcio de La Habana que inspecciona las compras cubanas de alimentos

en Brasil.



"Se nos dio la instrucción de incluir las ofertas de servicios de Cuba

Control, como la compañía responsable en el futuro de la supervisión o

contabilidad de los cargamentos", dijo Hernández.



Alimport al servicio de Caracas



En ocasiones los cubanos actuaban como mediadores principales por parte

de Bariven en las negociaciones de compra de alimentos, indicaron otros

testimonios contenidos en la demanda.



En febrero del 2008, un representante de la firma cubana Alimport,

identificado como Ricardo Franco Navas, habló en representación de PDVSA

con la productora brasileña de alimentos Quatro Marcos con el propósito

de negociar un contrato de suministro para el programa alimentario de

Venezuela, aseguró María Clara Malutta, ejecutiva de Quatro Marcos, en

una declaración jurada.



La firma brasileña, que mantenía un contrato de exclusividad con Dexton

Validsa para suministrar alimentos a Bariven, declinó negociar

directamente con PDVSA.



En una decisión de la corte federal, el juez James Lawrence falló a

favor de Dexton Validsa, y ordenó a Bariven reconocer daños por $40.76

millones. Dado que Bariven ya había dado adelantos a Dexton Validsa de

$44.58 millones, el juez estableció que la firma radicada en Miami debía

devolver un total de $3.82 milllones a Bariven.



La decisión, sin embargo, fue apelada por Bariven. A mediados de 2011,

exactamente el 9 de junio, la corte del circuito 11 de apelaciones, con

sede en Atlanta, Georgia, ordenó a la corte del Distrito Sur de la

Florida establecer si Bariven suministró o no a Validsa las "adecuadas

garantías de desempeño" antes de romper el contrato para la adquisición

de alimentos. En caso positivo, entonces Bariven no sería considerada

responsible de daño alguno por parte de Dexton Validsa por la ruptura

del contrato. En caso negativo, Bariven tendría que cubrir los daños

reclamados por Dexton Validsa.



Miami se salpica



Los escándalos legales por los contratos de adquisición de alimentos

también incluyeron otras dos firmas estadounidenses: Exim Brickell, con

sede en Miami, y Alox International, una subsidiaria de Lab Essential,

una empresa establecida en Houston, Texas.



Exim Brickell fue la firma encargada de importar leche en polvo desde

China a Venezuela. La firma reclamó en la demanda legal inicial,

introducida en la corte federal de Miami en el 2008, una compensación de

$77 millones por incumplimientos.



La leche enviada a Venezuela desde China estaba contaminada con

melanina, un aditivo químico agregado a la leche para aumentar su valor

proteínico, pero que causó más de 1,300 muertes en China a fines de

2008. La firma argumentó que Bariven no realizó las adecuadas pruebas de

laboratorio para certificar la calidad de la leche en polvo, ni realizó

las supervisiones necesarias en China para establecer las medidas

necesarias para su empaque y distribución.



Exim Brickell también indicó en los documentos de la corte que la leche

en polvo permaneció almacenada en condiciones inapropiadas en containers

en puertos venezolanos durante más de seis meses, lo que provocó que el

producto sufriera un proceso de descomposición.



Bariven desestimó el caso ante la corte federal, argumentando que Exim

Brickell incumplió los términos del contrato para la compra de 16,000

toneladas de leche en polvo.



Por su parte, Alox International LLC exigió unos $6 millones "por

violación de contrato y pérdida del pago inicial", de acuerdo a los

papeles de la corte de Miami. Alox había firmado un contrato con Bariven

para suministrar unas 19,000 toneladas métricas de harina de trigo y

4,000 de margarina en marzo del 2008. El contrato fue suspendido en

julio de ese año sin razones aparentes, indicaron los abogados de Alox.



*Este artículo es parte de Chavistas en el Imperio. Secretos, tácticas y

escándalos de la Revolución Bolivariana en Estados Unidos (2014). El

texto está a la venta en las librerías de Miami y puede adquirirse

además a través de amazon.com Habrá una presentación especial en la

librería Books & Books de Coral Gables el próximo 5 de junio, a las 7:30

p.m.



Source: Negocios petroleros: De cómo los cubanos compraron alimentos

para Venezuela | Café Fuerte -

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