viernes, 25 de julio de 2014

Buscadores de oro en Guanabo

Buscadores de oro en Guanabo

Vuelve la abrasadora fiebre cuando la miseria arrecia. Los metales

preciosos terminarán en manos del gobierno, "para comprar armas para la

defensa"

viernes, julio 25, 2014 | Reinaldo Emilio Cosano Alén



LA HABANA, Cuba. -El hombre se toma un descanso, revisa y guarda

monedas, manillas, relojes, prendas, adheridos al imán. Trozos de

hierro, clavos, herradura, tapas metálicas los desecha. Bucea en la

arena. No usa careta, snorkel ni traje isotérmico –no tiene-, solo

músculos para arrastrar el hierro magnético.



Amaury Fernández Cabrera, de 34 años, residente en el pueblo turístico

Guanabo:



-Pesco y buceo a pulmón desde muchacho, lo hago antes del amanecer. El

sol agota mucho en verano y los bañistas interrumpen el trabajo. También

buscamos en invierno, aunque hay demasiado frío, marejadas, frentes

fríos, pero el mar arrastra arena, piedras y descubre tesoros. Un

trabajo duro. Tuve suerte que una hermana, que vive en los Estados

Unidos, me regaló un traje isotérmico y un detector de metales. No los

venden en Cuba. Ni tanque de oxígeno. La inmensa mayoría de los

buceadores no pueden tener esos recursos sin familiar afuera. Casi todos

bucean a pulmón. Encontramos prendas, relojes, manillas, sortijas,

aretes, cadenas de oro y plata, dinero. Hay quienes encuentran objetos

muy antiguos, de mucho valor- dice Fernández Cabrera.



Antiguas espadas, monedas de metales preciosos, finas prendas de uso

personal, balas de naufragios por huracanes u otras causas; hoy cotos

furtivos de buzos. El mar de leva a veces arranca objetos sumergidos que

llegan a la orilla.

Durante los siglos XVIII, XIX y primeras décadas del XX hubo intenso

tráfico internacional y cabotaje de mercancías pasajeros, especialmente

entre los puertos de La Habana y Matanzas. Durante la Guerra de

independencia de 1895 ocurrieron muchos desembarcos, también naufragios.

Un monumento (1923) en Guanabo recuerda "Al General Rafael de Cárdenas

Benítez, jefe de la Brigada Norte del Ejército Libertador (1895). Su

brigada contribuyó a salvar expediciones que llegaron a estas playas;

una de ellas bajo su directa conducción".



Hace décadas se ha desatado en la isla verdadera fiebre de búsqueda de

oro y otros metales preciosos en playas, ensenadas, remansos de mar,

donde usualmente acuden turistas que extravían objetos. Especialmente al

este de la capital. Algunos miles de personas, incluidas mujeres, han

convertido la búsqueda de prendas en modo de vida permanente, sustento

familiar. En países desarrollados, tenemos noticias de que también lo

hacen, como hobbie.

Oro, plata, joyas alcanzan enorme valor, sobre todo por su escasez. Por

un gramo de oro de 10 quilates se paga diez dólares; de 14 quilates, 19

dólares; de 18, 25. Ganancias inmensamente superiores al raquítico

salario mensual de un obrero (unos 15 dólares).



Cuba ha sido desvalijada de sus metales preciosos. Primero los

conquistadores que ilusionados por la Fiebre del Oro trocaron pedazos de

espejo, collares y otras baratijas por el oro ceremonial de los

indígenas, y los obligó a trabajar en las minas y en el lavado de arena

de ríos para extraer pepitas. Les arrebataron todo el oro.



El gobierno actual desató en 1960 una enorme campaña publicitaria para

la entrega (donación) por la población de oro, plata, joyas, "para

comprar armas", dijeron entonces.

Después, discretamente fue extrayendo de la circulación todas las

monedas, de excelente plata mexicana.



En los 80 del pasado siglo -quinientos años después del saqueo a los

indígenas- otro cambalache de oro y plata recuerda el espurio trueque de

los conquistadores al establecerse las Casas de Cambio de Oro y Plata.



El gobierno contrató a joyeros -muchos se hicieron ricos a costa de

ciudadanos inexpertos en precios- encargados de tasar joyas hasta de

siglos anteriores, generalmente engarzadas con finísimos trabajos de

orfebrería, canjeadas por bonos (papelitos) solo para comprar equipos

electrodomésticos, alimento, ropa y calzado -de extrema escasez- en

tiendas estatales habilitadas al efecto.



Hubo avalancha de pueblo para, muy contentos, despojarse de sus

preciadas prendas: sortijas de compromiso matrimonial, manillas,

cadenas, remembranzas de ancestros para terminar en la gran manga del

Estado, a cambio del refrigerador, televisor a color, mudas de ropa,

conservas enlatadas. Se debe reconocer que personas muy pobres tuvieron

esa única oportunidad de obtener bienes inalcanzables. Se dijo era "para

comprar armas para la defensa del país". El sincretismo hispano-africano

presenta a la Virgen de la Caridad del Cobre (María), Patrona espiritual

de Cuba, como Oshún, diosa del Amor, las Aguas, del Oro (dinero). Por

eso se representa vestida de amarillo. Oshún cree que quien entra al mar

con prendas es para ofrendársela. Ella la toma, después la devolverá

entre piedras y arena. Convincente demostración divina de por qué entre

tantas necesidades materiales resurge la fiebre.



cosanoalen@yahoo.com



Source: Buscadores de oro en Guanabo | Cubanet -

http://www.cubanet.org/destacados/buscadores-de-oro-en-guanabo/

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