martes, 25 de noviembre de 2014

El pescado de mar, desterrado de la mesa del cubano

El pescado de mar, desterrado de la mesa del cubano
[25-11-2014 00:10:52]
Enrique Díaz Rodríguez

(www.miscelaneasdecuba.net).- Cuba es un archipiélago tropical rodeado
por playas y costas, bañadas todas por las cálidas aguas del mar Caribe.
Aguas, ricas en infinidad de especies marinas empleadas desde la
antigüedad por los cubanos en su alimentación. Por eso, no resultaría
extraño que en la dieta del mismo, el pescado y los mariscos ocuparan un
lugar privilegiado.
Para quienes no capturan peces con la finalidad de consumirlos:
comprarlos en una pescadería, seria la vía lógica de llevarlos a su
mesa: pero, ¿qué pasa cuando los establecimientos destinados para este
fin carecen de estos productos, o no cumplen las expectativas de los
consumidores?

En la avenida 51, entre 118 y 116, Marianao; se encuentra una pescadería
especializada, la cual supuestamente oferta pescados y productos
derivados de los mismos. Lo de especializada, reza a manera de anuncio
en la pizarra de ofertas de la pescadería (interrogante no despejada por
uno de sus trabajadores, quien no supo responder en que se especializaban).

Llamó mi atención el único producto ofrecido a los consumidores, el cual
reproduzco tal cual estaba expuesto.

En principio, me resultó graciosa la ocurrencia de vender jabas a falta
de otra oferta; motivo por el cual saque la cámara para recoger a manera
de una chistosa instantánea el suceso. Al momento se me acercó un
trabajador del centro, quien me comunicó que estaba prohibido tomar fotos.

Dice el refrán que a las oportunidades las pintan calvas, por lo que
aproveché el incidente para indagar con el trabajador en cuestión acerca
de la carencia de pescados en el lugar, sin imaginar siquiera a donde
conduciría tal pesquisa.

El mismo me comunicó que no sabía la razón; por lo que insistí
nuevamente formulándole varias preguntas: ¿cuándo es que tendrían
pescados frescos y de qué clase?, ¿por qué la administración no avisaba
sobre el arribo de mercancías con antelación para de esa forma
notificarle a los clientes?, y sobre todo, ¿quién podría contestar mis
preguntas en caso de que él no pudiera?

En todas, afloró la única frase programada en el cerebro de mi
interrogado: no sé.

Me dí a la tarea de recorrer algunas pescaderías estatales, en las que
pude constatar que las especies de agua salada han cedido terreno a las
de agua dulce. Pude conocer que el gobierno ha implementado la cría de
estos últimos para satisfacer el paladar popular; puesto que las
capturas en altamar se destinan en gran medida al turismo o a la
exportación, las que son bien cotizadas en el mercado internacional.

La reducida variedad de pescados del mar que se le oferta al pueblo van
acompañadas de los astronómicos precios impuestos por el gobierno al
bolsillo que pretenda aventurarse en su compra.

Improvisé una pequeña encuesta, formulando una simple pregunta a algunos
transeúntes: ¿qué tipo de pescado consumían y con qué frecuencia?

La claria o pez gato (como lo llaman algunas personas en la isla),
ofertado en picadillo o en croquetas, era la principal opción. En
segundo lugar quedaba la tilapia, ambas de agua dulce. La frecuencia de
su consumo, una o dos veces por mes. De esta forma era casi evidente el
fin del reinado de las especies marinas en la mesa popular. Como expresé
anteriormente, Cuba es un país rodeado por el mar, y que la gran mayoría
de su población no pueda degustar a un precio asequible peces y
mariscos, resulta un tanto irónico.

La realidad quedó definida en las frases de un amigo, quien al enterarse
del asunto tarareó el estribillo de una composición musical, del
cantautor cubano Carlos Puebla: "se acabó la diversión, llegó el
comandante y mando a parar".

Source: El pescado de mar, desterrado de la mesa del cubano -
Misceláneas de Cuba -
<http://www.miscelaneasdecuba.net/web/Article/Index/5473bafc3a682e0d54eb01b6#.VHRa6IvF_rM>

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